El Instituto Superior de Formación Técnica Nª 143 tiene dos grandes líneas de acción que – juntas- favorecen la formación de profesionales capaces de destacarse en su labor diaria.
Uno de los pilares del Instituto Nº143 son las prácticas profesionalizantes que consisten en analizar el campo de formación de la práctica profesional como el espacio que posibilita la integración y expresión de saberes construidos en la formación de los campos específicos, garantizando la articulación teórico-práctica en los procesos formativos a través del acercamiento de los estudiantes a situaciones concretas de trabajo.
El otro pilar es la articulación con la comunidad al reconocer que contamos con recursos, agentes, instituciones y redes que es preciso identificar, valorar y desarrollar para poder construir un proyecto educativo que partiendo de las propias necesidades y posibilidades de lo local sostenga la dialéctica entre teoría y práctica requerida para la formación de los futuros técnicos.
Los cambios producidos en el mundo
de la ciencia y especialmente, en el campo de la tecnología, se han
reflejado en el ámbito de la economía y del trabajo, inaugurando nuevas
perspectivas en los sistemas organizacionales, en los regímenes de
trabajo y en la producción
industrial
y tecnológica. Los avances en este campo, a la par de modificar las
relaciones entre trabajo y producción, han invadido otras esferas de la
vida social, lo que ha llevado a una necesaria reflexión sobre la
calidad de vida humana, en el marco de un mundo altamente tecnificado y
de profundos desequilibrios sociales.
La Ley Federal de Educación Nº 24.195 dedica el Capítulo V a la Educación Superior y hace
referencia
a la educación no universitaria en los artículos 18, 19 y 20. En el
Artículo 20 se concentra la finalidad de los institutos técnicos
superiores cuando se expresa: “Los institutos de formación técnica
tendrán como objetivo el de brindar formación profesional y reconversión
permanente en las diferentes áreas del saber técnico y práctico de
acuerdo con los intereses de los alumnos y la actual y potencial
estructura ocupacional”.
En el artículo 4 de la Ley de Educación Superior se formulan entre otros los siguientes objetivos:
a)
“Formar científicos, profesionales y técnicos que se caractericen por
la solidez de su formación y por su compromiso con la sociedad de que
forman parte.
d) Garantizar crecientes niveles de calidad y excelencia en todas las opciones institucionales
del sistema.
f) Articular la oferta educativa de los diferentes tipos de instituciones que la integran.
g)
Promover una adecuada diversificación de los estudios de nivel
superior, que atiendan tanto a las expectativas y demandas de la
población como los requerimientos del sistema cultural y de la
estructura productiva”.
En el Nivel de Educación Superior, y específicamente relacionado con las carreras técnicas, la
Ley
Provincial de Educación N° 11612 señala como objetivos de la misma,
entre otros:“Propender a la formación profesional en distintas carreras
técnicas que tengan vinculación directa con las necesidades
socio-económicas y los requerimientos de empleo de la región”.
(Cap. III–artículo 10).
Es
decir en las leyes mencionadas, no solamente se establece la necesidad
de desarrollar carreras de nivel terciario con orientaciones técnicas,
sino que se remarca la vinculación con el contexto cultural, con el
ámbito socio - económico y con el mundo laboral del que forman parte.
La
consideración de los fundamentos legales para la creación, desarrollo e
implementación de carreras técnicas de nivel terciario, pone sobre el
tapete la cuestión del sentido que adquieren la ciencia y la tecnología
con relación a la vida humana, pero, al mismo tiempo, cobra importancia
el papel que juega la educación cuyo objetivo es la formación de
recursos humanos para el sector productivo-laboral, local y regional.
La
referencia al contexto cultural y social remarca la importancia de que
toda definición referida a las carreras de orientación técnica, han de
sustentarse en las demandas laborales, las necesidades y posibilidades
económicas de cada región y en las características que identifican la
personalidad social de la población y el entorno local-regional.
No
basta, entonces con un diagnóstico centrado en lo productivo, sino que
es necesario contemplar todas las variables emergentes de una mirada
sobre las cuestiones que hacen a la identidad cultural de la población
hacia la cual se pretende volcar los resultados de la formación
técnico-profesional. De este modo se busca superar un planteo
estrictamente técnico, o encerrado en variables de índole
económico-laboral únicamente, anclados en una etapa anterior del mundo y
de la ciencia, para avanzar hacia una formación integrada en la que la
ciencia y la tecnología se inserten en un proyecto educativo que tiene
sus raíces en la realidad y en la que el hombre es el principal
protagonista.
Esa
realidad, con su diversidad social-cultural, también pone de manifiesto
las posibilidades y necesidades en cuanto a producción, recursos
naturales, recursos humanos, fuentes de trabajo y capacitación, todos
ellos elementos fundamentales para la definición de la orientación y
contenidos de las tecnicaturas.